domingo, 20 de abril de 2008

CRISTO EL PESCADOR


TEXTO BIBLICO : Lucas 5: 1-11 “Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret el gentío se agolpaba...”
El Nuevo Testamento está lleno de relatos en los cuales Cristo muestra, en forma inequívoca, su carácter de Dios. Allí manifiesta su poder pero al mismo tiempo la inclinación de los elementos naturales ante la presencia de la Majestad de Dios el Creador. En muchas ocasiones queremos hacer las cosas que debemos dejarle a Dios y además, por otro lado, lo que nos corresponde a nosotros no lo hacemos. Recuerdo una ocasión en que por diversas razones el vehículo de la locomoción colectiva en que viajaba a mi trabajo se atrasó en forma brutal, y yo comenzaba a ver como se desvanecía mi premio de puntualidad en mi trabajo, dinero que era absolutamente necesario para la sobrevivencia mensual de la familia. El chofer hacía lo que podía por cumplir su itinerario, y yo empecé a sofocarme en gran manera. En un momento aceleraba, en otro tenía pensamientos en contra del conductor. Así sufrí todo el viaje. Llegué atrasado y era imposible culpar al chofer ante los jefes.
Hay situaciones en las que debemos poner todo nuestro esfuerzo para que se puedan dar y obtener lo que esperamos. Pues bien, en esas ocasiones no debemos de dejar de hacer lo que nos corresponde. No esperemos que Dios haga nuestrotrabajo. Sin embargo hay momentos y situaciones que son absolutamente del dominio de Dios. Pues bien, no intentemos, aunque sea tentador hacerlo, realizar la acción de exclusivo dominio del Altísimo. Es lo que sucede en la ocasión descrita en Lucas 5. Ya los discípulos habían intentado pescar. Nada había resultado. Cuando Jesús les ordena volver a echar las redes hay cierta resistencia en los discípulos que argumentan que ellos, conocedores de su oficio, habían intentado todala noche pescar sin resultados positivos. Esa es la diferencia. Debemos saber que Jesús es un verdadero pescador y de paso nos muestra que él es Dios y que todas las cosas se rinden ante sus pies y su presencia. Sólo debemos obedecer y confiar. Debemos hacer nuestra parte sin dudar, pero aprender a dejar que Dios haga la suya y no transformarnos en dioses.
Ser pescadores de hombres sólo si somos obedientes al pescador de pescadores

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