martes, 27 de mayo de 2008
Propósito del Libro Juan 20: 30-31 por Andrés Casanueva
¿Qué significa para ti “tener vida en su nombre”? V. 31
¿Has imaginado alguna vez cómo sería entrar a una iglesia, reunirte con otros creyentes, hacer tu devocional, un estudio bíblico, o alabar a Dios, pero sin tener la Biblia?. ¿Qué sabríamos de la historia de Jesús, de sus enseñanzas e instrucciones? ¿Cuánto habrían cambiado y tergiversado sus palabras desde que él las dijo? No sabemos con certeza. Lo que si sabemos es que el cristianismo no sería lo que es hoy.
Dada la naturaleza humana, siempre cambiante y lista para seguir nuevas modas, así como nuestra debilidad por tergiversar los hechos de acuerdo a nuestra conveniencia, es que sabiamente el Espíritu Santo guió a los Evangelistas a escribir sus testimonios de Jesús. Y aun así, su mensaje ha sido cambiado según los intereses de personas, grupos y hasta sociedades completas.
Pero cuando los creyentes queremos estar seguros de que estamos haciendo la voluntad de Dios, lo más simple es ir a la Palabra, y guiados por el Espíritu Santo, podremos escuchar la voz de Dios. Su voz no es difícil de oír, la pregunta es si estamos dispuestos a escuchar y obedecer. Kirkergard dijo: “nos cuesta creer porque nos cuesta obedecer”.
¿Creemos que podemos alcanzar al mundo a través de la Palabra de Dios, dando testimonio de Cristo? Los evangelios fueron escritos para creer que Cristo es el Hijo de Dios, y creyendo tengamos vida. Para Cristo su vida fue hacer la Voluntad del Padre. ¿Qué es para ti?
Jn. 6:38
lunes, 5 de mayo de 2008
CRISTO EL PROVEEDOR por el Pastor Joel Ulloa
Pasión por las almas ( 1 Corintios 9: 19-23) por Andrés Casanueva
¿Qué piensas de la disposición de Pablo en cuanto a ser como los demás?
¿Qué movía a Pablo a actuar así?
Hoy en día hay muchas corrientes de la iglesia cristiana que tienen sus ojos puestos en la lucha espiritual, y si bien Pablo reconocía este tipo de verdad (Efe 6:12), su entendimiento era más claro que el mayor problema no es la presencia de demonios sino la ausencia de la presencia de Dios. Por ello no le importaba hacerse como débil, esclavo o sujeto a
Pero su pasión iba más allá. Hechos 20:24 nos habla de un hombre dispuesto a renunciar a su propia vida por los demás. En algún momento llegó a decir que estaría dispuesto a dejar su salvación si eso llevaba a otros a la salvación.
¿Es esa la realidad de la pasión por las almas que inunda tu vida y la vida de tu iglesia? Si no es así, quizás algo hay que revisar en esa relación con tu Dios. El estuvo dispuesto a dar su propio Hijo (Jn. 3:16) para que el mundo se salve. Tiene que ver con la dignidad de nuestro llamado.
Sal 96